Detrás de la mayoría de incidentes de seguridad hay grupos de cibercriminales que intentan traspasar las defensas de las empresas y acceder a sus sistemas. En las filas de estos grupos hay un gran aliado que desempeña un importante papel: un empleado despistado y no formado en los riesgos que conlleva trabajar en la era digital.
Las empresas pueden gastar millones de euros en los sistemas más efectivos para su defensa que si un empleado ejecuta el contenido malicioso de un correo electrónico, los cibercriminales ya habrán conseguido parte de su objetivo.
Los cibercriminales cuentan con este poderoso aliado y saben que gracias a él sus acciones son mucho más rápidas y efectivas.
De la misma forma, nuestros empleados pueden ser la última línea de defensa y ser de vital importancia frente a cada intento de ataque dirigido a su empresa.